Por Rodolfo Loyola Vera. presidencia@bamxqro.org
Tiempo de lectura: 3 minutos
De un tiempo hacia acá el uso de la metáfora de la lucha, para entender las estrategias que usamos para resolver problemas, me causan conflicto pues, a pesar de ser muy atractiva por estar orientada a la acción, nos aleja de la posibilidad de entender los grandes problemas que nos aquejan.
Luchamos contra la enfermedad, el hambre, las drogas, la pobreza, la corrupción, la inseguridad y contra muchos otros fenómenos que vivimos en nuestra cotidianidad.
La metáfora de la lucha tiene una estructura muy concreta: un enemigo que representa una fuerza hostil, armas, héroes. Tiene la finalidad de un juego de suma cero, alguien busca derrotar al enemigo y, por supuesto, se requiere de una cierta dosis de violencia para establecer el dominio de algo que consideramos bueno o deseable: la salud, la prosperidad, la honradez o la paz.
Si revisamos la labor de los bancos de alimentos, en especial el de Querétaro que con mucha alegría presido, apreciamos que nuestra visión particular es lograr lo que llamamos Hambre Cero.
Hambre Cero es un estado de la sociedad en la que no existen personas que padezcan hambre durante su vida.
Llegar a ese estado ideal implica un proceso de reconstrucción de la dinámica con la que opera nuestro sistema social.
Para llegar a ese estado deseado la lucha no tiene cabida. Las personas tienen hambre porque son pobres y su pobreza no es una “cosa” que se pueda atacar. La pobreza es un estado en el que las personas y familias que lo sufren están desconectadas de los sistemas productivos, educativos y de consumo. No tienen acceso a trabajo digno y por tanto no tienen capacidad de consumo. En el caso urbano, es muy difícil que estas personas generen procesos de autoconsumo por la escasez de recursos.
Por la falta de acceso a educación formal de calidad se pierde gran cantidad de talento que, definitivamente es irremplazable.
Desde esta perspectiva, la invitación es que en vez de luchar contra el hambre y la pobreza unamos esfuerzos para que en colaboración podamos cerrar las brechas que tanto nos lastiman como sociedad.
Así que te invito a que te sumes al esfuerzo del Banco de Alimentos de Querétaro para cambiar las condiciones de las comunidades más marginadas del Estado.
Si aún no sabes qué es un Banco de Alimentos, te recomiendo este artículo sobre: ¿Cómo funciona un Banco de Alimentos?
Hay muchas formas de participar, sin embargo, en esta ocasión quisiera hablar brevemente de nuestro programa de embajadores.
Un embajador del Banco de Alimentos es una persona que en forma voluntaria asume el compromiso de colaborar con el BAMX para desarrollar aliados que participan en diversos proyectos que tienen por objeto incrementar la donación, tanto en especie como en dinero.
El desarrollo de aliados se realiza tanto a partir de la red de relaciones como del talento de la persona que asume el papel de embajador.
El perfil que buscamos es que sea una persona que ha tenido un desarrollo profesional exitoso y que, en este momento de su vida, decide dedicar parte de su tiempo y recursos a actividades filantrópicas.
¿Te suena atractivo?
¡Envíame un mensaje!