El 29 de septiembre celebramos el Día Internacional para la Concienciación sobre Pérdida y Desperdicio de Alimentos (PDA), para poner énfasis en la urgencia de atender la temática de la reducción de PDA en nuestro país y mitigar los efectos climáticos, sociales y económicos que derivan.
Entre un 30 – 40% de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a más de 1,300 millones de toneladas al año de lo que definimos como PDA (Pérdida y Desperdicio de Alimentos). Esto significa que cantidades enormes de recursos destinados a la producción de alimentos (tierra, agua, energía, insumos y recursos económicos) se utilizan en vano.
Sabemos también que, en el mundo, más de 820 millones de personas (1 de cada 9), viven en niveles graves de inseguridad alimentaria.
De acuerdo con las investigaciones del Banco Mundial, en México, cada año, se pierde o desperdicia entre el 37% y el 40% de la producción de alimentos, lo que equivale a más de 30 millones de toneladas de alimentos, con un valor económico de más de 490 mil millones de pesos.
Con más de 28 millones de personas en carencia alimentaria y 10 millones de personas que sufren hambre crónica, México pierde y desperdicia comida que pudiera alimentar por lo menos a la mitad de ellas.
Los alimentos se pierden o desperdician a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde el sector primario hasta el consumidor, por distintas razones. Pensemos en las limitaciones económicas y técnicas de los pequeños agricultores, la escasez de infraestructura (instalaciones adecuadas para el almacenamiento y la refrigeración), condiciones climáticas difíciles, falta de mano de obra o insumos, el envasado y los sistemas de comercialización. También, consideremos los transportes, los procesos logísticos, el manejo de los productos, los estándares cosméticos y finalmente los malos hábitos de los consumidores. Sumando todos estos factores podemos ver la magnitud de la problemática que tenemos que atender.
Desde la Red BAMX, trabajamos bajo los lineamientos y las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, para mitigar tanto el hambre como atender la reducción de PDA; y de acuerdo con el ODS 12, meta 12.3, nos quedan pocos años para que como país podamos reducir de hasta un 50% el volumen de PDA al 2030.
La meta que nos propusimos en Pacto por la Comida es ambiciosa pero igualmente urgente. Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos es una tarea de todos, que reviste una enorme importancia, ya que contribuye a la realización de mejora en los sistemas de producción y distribución de alimentos, en la calidad de los mismo y asegura una distribución más equitativa para mitigar el hambre en la población vulnerable. Además, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos también contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como la presión sobre la tierra y los recursos hídricos, ya que en México, cada año más de 4.4 millones de hectáreas de suelo de cultivo se utilizan para cosechar alimentos que no serán consumidos.
Conocedores de los datos que hoy representan y nos describen esta problemática, todos podemos contribuir a disminuir la pérdida y el desperdicio de alimentos, desde nuestros hogares y entornos, de hoy en adelante.
Escrito por: Claudia Sánchez, Coordinadora Snr. de Pacto por la Comida.